lunes, 23 de febrero de 2015

VENENO DE ROSAS












VENENO DE ROSAS




Doncella rosa, de gran piedad


Flor de amor y placer


En esta arena de soledad


Déjame tu cáliz, en pétalos beber




Le amé mucho, le serví


Con entrega eterna de mujer


Fui pureza de su frenesí


Pero no pude su amor sostener




Escogí una estrella,


Bella como la azulada luz de la luna


Su lozanía espiritual fue mi juventud


Sin saber que el ocaso fúnebre llegaría




Ahora estoy embrujada por los duendes 


Dentro de este loco y celestial cáliz de jade


Su encanto alucina en mí, momentos breves 


Cuando él me amó, eso mi corazón lo sabe




Cuando la luz de sus ojos me golpea


Miro a través de su gélido corazón


Bebiendo veneno de rosas; esa tristeza


Que está entumida en la cripta de mi desolación




Resuena toda su alegría en ruinas 


Como un eco, en una vela que llora a solas


Al igual que las pequeñas aves para el día 


Pintan de blanco las negras amapolas




Mi sombra de faz moribunda


Espolvoreó con polvo de rosas,


La gélida y profunda tumba de este amor,


Que bebió sus besos en invisibles gotas




Y al compás de una melodía yerma


Que lacera una herida primera


Me hallo tras la espiral oscura,


Tendida en pétalos de mi misma guerra




Con madera de tejo negro como la noche


La copa bebí en un sorbo amargo


Crepúsculos pasos, me devoraban entera,


Sumida en el letargo de esta herida que lacera




Agonicé con el cáliz de un sueño olvidado


Allá donde tiemblan airosas las estrellas,


En cavernas de un sueño fracasado


Que estalló en pedazos los eslabones de cadenas




Desgarrando el alma, entre la brisa nocturna


Cada gota tomada, fue un triste recuerdo


Cada trago, llevaba el dolor de mi alma


Cada néctar, extraía en su faz el secreto


Manantial dichoso, que en ortigas se encuentra




Veneno de rosas, negras rosas de tristeza 


Espinas que encajan mi garganta callada


La sangre se congeló en mis venas


Al romperse en cristales, la soñada quimera.





© copyright Araceli García 2014.













EN LAS MANOS DE HADES (Prosa poética)






EN LAS MANOS DE HADES

La hebra de la noche nos envuelve. Turbia entre sus fauces, se halla la enramada de una humanidad que agoniza sobre la hiedra del desasosiego. Rosas negras hilvanan las sombras, atrapan la esperanza en el laberinto de una muerte inminente. El corazón mundano crepita en la mirada de su escoria, pintando un silencio desconocido y absorbente.

La tortura se taladra como una llama dulce sobre mi cabeza; que cruel perdura debajo de un perdido y olvidado renacimiento. Canta el arrepentimiento tras el sepulcro de la cordura, como ave negra de triste figura que vuela sobre el desierto oscuro del firmamento.

¿Escuchas la agonía del mundo? sus voces en cantata escurren las lágrimas de la luna, ella responde en gris partitura, al céfiro de los aúllos de un futuro y melancólico lamento. La existencia baila sobre melaza oscura, como una pluma escribiendo su patético testamento.

 Niebla y sol negro hay en el alma. Soledad que arrastra el temperamento de las hojas irremediablemente por el espíritu humano marchitadas. Los ángeles, llaman al hombre, a la desolación de un sueño agonizante.

 Cantan a un mundo olvidado, sediento de la fuente que exterminó su locura, seca se halla la vida, en un sendero que por sus ojos fue indiferente. La existencia ya ha aceptado su espejo, reflejos de dolor y sufrimiento, que polvorientos y mutilados exhalan agotamiento. 

Mis ojos lagrimean estrellas, luceros que gimen y calcinarán la nube de éter de todos mis deseos.
¡Baila  muerte sobre nuestra tumba!, seduce con recuerdos al bosque embrujado de un mundo devastado, perdido en la cortina de un fuego fracasado. Danza con tu velo de extinción y apocamiento, consumido  por la bestia letal de un perenne y cruel pensamiento.

No encuentro camino, permanezco inerte en la cama de un universo raro, ahuyentando la escasa luz que se funde en este invierno obstinado. El ocaso burbujea vida en su caldero profano.  Se consume el agua quedando sólo el estrago,  destrucción esculpida por manos inhumanas de artesano. Caminos enmohecidos se extienden pintando su manto de tinieblas, cadenas de lágrimas tejen el ataúd de una humanidad eclipsada por su propia demencia.

 Néctar de existencia exiliada y desolada en los laberintos extraviados de la nada.
Los pájaros muertos en la negra faz de la tierra, lagrimean la gélida tumba de su triste morada.  Calcinados sobre las flores de piedra, soñarán belleza en la noche de mordaz vestimenta.

Cantan las almas pidiendo piedad, por la desolación al fin conquistada, arrullándose en las notas del camposanto, cobija de su último aliento. Danzan sobre el corazón purpúreo de su bello y construido infierno.
Es el sueño que se teje real, en un futuro sin miramientos, pero algo me dice que aún hay tiempo.

 La luz no ha expirado su luminiscencia. Aplaca con sus alas  la ira de Hades y abanica el horror en que el hombre se está condenando. No quiero verme morir en los prados de un funesto averno sofocado. Allá a lo lejos se esconde la vida, ella aún ofrece su mano como un privilegio. Engendra  y matiza la mariposa  de un nuevo nacimiento, donde el hombre despierte a la luz y deje atrás la oscuridad.


© Copyright Araceli García2014.









AMOR Y MUERTE
El retrato de Dorian Gray


En ese lugar, donde la juventud es silencio inerte
Donde el alma hace el amor con la arrogancia
Donde sutil del pecho en una caricia  arranca,
El corazón de lodo infernal a la misma muerte
 
Ahí, donde el sigilo es entierro del pergamino
Donde escrito está el tiempo concedido
Y brota y se bebe sangre de un inmortal vino
Burbujas de lapso, que se creyó merecido
 
Ahí te amaré, en el vacío de un espejo
Tras el lienzo que condena a las llamas del infierno
Donde las caricias viven en el mundo de lo eterno
Y no existe el sol, que apague el gélido invierno
 
Ahí estaré amándote, desdeñando a la muerte
Que en redes de luna, ha guardado el cheque,
Alma perdida que se otorgó, tan sólo por quererte
Como un racimo, como quien regala un juguete
 
Tócame, concede la caricia a esta careta en llamas,
Que vive en la noche, de una lozana máscara
Añeja la faz, se anida entre el esbozo de un rostro,
Que estriba sueños de color, en el marchito óleo
 
Ámame, en la penumbra de un beso ambicioso
En el umbral de un camino en el fuego perdido
Y concédeme tu luz en un abrazo amoroso
Que haga que mi destino, tenga un leve sentido.
 


© Copyright Araceli García 2015




domingo, 22 de febrero de 2015






SEÑORA MUERTE




¡Oh! señora que ambicionas


La lápida gris de la sepultura


Dame tu beso irónico


Y llévate entre tus cuencas mi vida







Permíteme refugiarme




En lo oscuro de tu guarida




Para no pensar en la espera




De esta triste agonía









Hechízame esta noche




Con tu gesto hipnótico




Desgárrame con tus besos




Del suplicio catastrófico









Para olvidarme de la osadía




De amar en demasía




Y ser tormenta tétrica




Que viva en tu sonrisa









Ven a mí, señora ennegrecida


Vístete del abismo de mi dolor


Déjame beber tu elixir, sólo la justa medida


Para apagar el fuego, ya inerte de mi amor.





© Copyright Araceli García 2013

















ENLUTADA 


Ven a mí, ángel de la muerte
ven a mis brazos,
me siento cansada, sin aliento,
 para seguir padeciendo
tantas horas amargas
al no tener sus besos
 
Tortura es el abismo
del lerdo y lóbrego tiempo
donde cicatrices del alma
sangran en secreto 
donde se encuentra atrapada el alma,
en la mísera armadura
de esta tortura de nostalgia


y eterno sufrimiento
 
Hefesto me tiene ardiendo en su fuego
padeciendo en un lamento
su cáliz de arsénico negro
en esta ilíada de tormento
Donde el dolor, es mi pueblo



 
¡Pobre espíritu vestido de miedo!
necesito encontrar cobijo
¡solicito terminar el duelo!


en tus ojos de muerte y silencio.
 



© copyright Araceli García 2015







LA LOCA


En vano caen las lágrimas
Suspira la noche que oscurece
En un abismo de ceras escritas
Sólo desdicha a ella sumerge
 
Los leones celos son sin duda
Los centinelas en su campo de batalla
Le llaman loca, la Reina Juana
Pues en temores su amor desgrana
 
Enterrado con sus armas
Un rey cabalga en las llamas
Frágiles al viento, dicen que aún se aman
En el replique de las sórdidas campanas
 
Aves carroñeras saciaron su apetito
La doncella viuda ha tomado el vino
Del cuerpo vacío y maldito
Alargando el tiempo de su castigo
 
El amor perdido en el laberinto
De un pillado y roto destino,
La sangre escurre por el anillo
De la tumba que será su eterno recinto
 
Un tiro de cuatro caballos
Traslada un espíritu mudo
Rodeaban el funeral sus vasallos
Entonando el oficio de difuntos
 
Escondida en Tordesillas; su tumba,
La demencia la ocultó tras la roca
El amor pasional, mordaz le provoca
Que le llamen Juana la loca.
 


© Copyright Araceli García 2014 










EN LA CRIPTA




En una bóveda


De lirios pálidos y tormentosos


Se pudre el tiempo de un viaje largo


Infame de polvo, arnés amargo


Que acumula huesos silenciosos




Truena el olvido, magnolias púrpuras


Secos de lágrimas, sobre sus cuevas


Cadena helada, de desventuras


Que ama en cábalas vivencias yermas 




No hay luz, no hay retorno


La puerta al cielo está sellada 


Cáliz inmóvil de tez ramoso


Mantiene oscura la piel callada.






© copyright Araceli García 2014